jueves, 12 de febrero de 2015

ESTUDIOS DE MASCULINIDAD

MASCULINIDAD

"El significado de “Ser hombre” es diferente para cada persona, situación que se explica a partir del proceso de socialización al que todos los seres humanos estamos expuestos desde la más temprana edad, ya que no es lo mismo ser hombre en Europa que en América latina, o ser un hombre rural que vivir en un ámbito urbano, y más allá de esto, no es lo mismo vivir siendo un hombre heterosexual que un hombre homosexual. Este proceso puede llevar a no disfrutar de la sexualidad y no buscar el cuidado de la salud; además de perpetuar estereotipos."

La masculinidad es la construcción cultural de género que designa el rol de los varones en la sociedad.
Se entiende por masculinidad un conjunto de características asociadas al rol tradicional del varón. Algunos ejemplos de esas características son la fuerza, la valentía, la virilidad, el triunfo, la competición, la seguridad o el no mostrar afectividad. De manera que a lo largo de la historia, y todavía hoy día, los varones han sufrido una gran presión social para responder con comportamientos asociados a esos atributos..


Masculinidad hegemónica o machismo

La masculinidad es objeto de estudio del discurso filosófico, el discurso antropológico, el discurso sociológico y el discurso psicológico.
La masculinidad hegemónica o machismo  está asociada directamente con el patriarcado como lógica de relación y de comprensión del mundo, donde el varón es el género predominante en la condición humana. 

Dentro de los roles característicos que se les asigna a la masculinidad hegemónica se encuentran: virilidad, caballerosidad, superioridad, fortaleza, temple, competición, entre otros. Esto lleva a una división social del trabajo desigual donde el varón tiene un lugar en el mundo asociada a la fuerza de trabajo y la mujer al de la reproducción


Nuevas masculinidades

La búsqueda de nuevas masculinidades está asociada a la posibilidad de pensar un acompañamiento o una cooperación a los procesos de liberación de las mujeres. Estas nuevas masculinidades han establecido una brecha entre aquellos roles estereotipados históricamente y la posibilidad de establecer relaciones igualitarias entre varones, mujeres y otras identidades sexuales.

Para la masculinidad patriarcal los varones deben ser machistas o, en caso contrario, se trataría de varones afeminados, débiles, indefinidos, maricones o blandos, sin embargo, muchos de estos nuevos grupos de varones que rechazan la masculinidad patriarcal hegemónica, no proponen un movimiento que los vuelva pasivos frente a las mujeres o los demás varones, ni una feminización negativa del rol del varón en la sociedad, sino que lo que propician es una superación del machismo tradicional para que se los habilite a asumir actitudes emocionales que los conecten con la ternura y les permita vivir una sexualidad sensible y amorosa sin por eso dejar de ser masculinos.

martes, 10 de febrero de 2015

UN PAÍS PLURICULTURAL Y MULTIÉTNICO





ORIGEN DEL NOMBRE ECUADOR

El nombre de Ecuador es una simplificación de su nombre oficial: República del Ecuador. Este nombre fue elegido meses después de que el país se separase de la Gran Colombia, el 14 de agosto de 1830 en Riobamba, donde se reunió la Primera Asamblea Constituyente convocada por el general Juan José Flores, entonces jefe encargado del territorio recensionado. Este nombre hace alusión a la línea ecuatorial de la Tierra que pasa muy cerca de la ciudad de Quito y que cruza el territorio nacional de este a oeste. La primera referencia que se tiene del país con relación a la línea ecuatorial está registrada en Noticias secretas de América, donde se menciona a las tierras del Ecuador como la jurisdicción de la Real Audiencia de Quito. En Ecuador las tempranas presiones regionalistas de los delegados de Guayaquil en la Primera Constituyente motivaron que el nombre de "República de Quito" fuera desechado, a pesar de que durante toda la colonia española el territorio fue conocido como Quito.
Los primeros registros de asentamientos humanos conocidos en el actual territorio ecuatoriano son de hace aproximadamente 12.500 años. Del Paleoindio quedan vestigios en Las Vegas, Chobsi, Cubilán y pinturas rupestres amazónicas. Además, existen múltiples vestigios de puntas talladas de obsidiana, cerámica, uso de metales y en menor medida construcciones, siendo las más relevantes las encontradas en el sierra norte, como son las pirámides de Cochasquí y, en la costa, las tumbas de la cultura La Tolita. En un principio, estas regiones estaban habitadas sólo de pequeñas poblaciones de indígenas hasta que pasaron a formar parte del gran imperio Inca. Antes de la llegada de los españoles, el desarrollo de la cultura aborigen se había determinado en los períodos conocidos como Paleoindio, Formativo, de Desarrollo Regional, de Integración e Inca. A la llegada de los incas, se estima que habitaban en el territorio del actual Ecuador más de 46 pueblos descendientes de los minchaleños y encarnacionillos y los más numerosos: Pastos, Caranquis, Imbayas, Paltas, Puruháes, Panzaleos, Cañaris, Quitus, Hambatus y otros, que fueron sometidos por la mayor potencia militar del Incario y por pactos regionales entre los monarcas locales y los delegados del Inca. Durante el Incario, se construyeron algunos asentamientos con la arquitectura foránea, siendo de los más importantes Ingapirca (aún se conserva buena parte de los restos arqueológicos) y Tumipampa (Tomebamba) (la ciudad de Cuenca fue fundada sobre la última aunque se conservan sus ruinas en algunos sectores). La permanencia de este pueblo no fue mayor a 60 años.
Etapa española


Centro Histórico de Quito
En 1534, el capitán español Sebastián de Benalcázar conquistó tierras ecuatorianas. Éste, una vez tomada Quito, la refundó como ciudad española, el 6 de diciembre de 1534, bautizándola como San Francisco de Quito en honor a Francisco Pizarro. Quito fue capital de la Presidencia de Quito y Real Audiencia de Quito formando parte del Virreinato del Perú. Los españoles utilizaron no solamente los asentamientos urbanos indígenas como base de las nuevas ciudades mestizas, sino que también usaron varios elementos de la estructura social autóctona para colonizar los territorios que ocuparon; los indígenas los superaban en número pero los españoles tenían una mayor destreza militar por lo que sometieron a las poblaciones indígenas, obligándolas a abandonar los valles templados de la Sierra y ubicarse en los páramos altos. Los Incas, además de estar en guerras internas desconocían las armas de fuego. Se dice que muchos indígenas pensaron que los españoles que montaban sus caballos eran seres de cuatro patas y comparaban el sonido de los cañones con el de los truenos, pero no pasó mucho tiempo para que los indígenas empezasen a defenderse a pesar de su desventaja. Quito fue el principal asiento español en la zona, y de ella partieron las expediciones que permitieron el descubrimiento del río Amazonas, y la fundación del resto de ciudades ecuatorianas. En 1739, el actual Ecuador se integró el Virreinato de Nueva Granada junto con Caracas, Panamá y Santa Fe de Bogotá. Las relaciones entre la población autóctona y los recién llegados se rigieron por instituciones jurídicas como la Mita y la Encomienda, esta última aprobada por las Leyes de Burgos en 1512 para la defensa de los indio. Enfermedades como el sarampión diezmaron la población indígena. Esto hizo que para el trabajo forzado se trajera población africana negra, en calidad de esclavos, lo que contribuyó al mestizaje del Ecuador actual. Además de los esclavos negros, gran parte de la población negra en el país es de la actual Esmeraldas. Se dice que un barco de esclavos naufragó frente a las costas esmeraldeñas y una gran cantidad de esclavos quedaron ahí con dos españoles supervivientes que murieron al poco tiempo. La colonia permitió el desarrollo de las artes, especialmente la arquitectura, pintura y escultura. En la Colonia se destaca la Escuela Quiteña, como un espacio de alta producción artística, famosa hasta la actualidad, por autores como Miguel de Santiago, Caspicara y Bernardo de Legarda, entre otros. La imaginería religiosa se reconoce por la finura en la confección y la innovación escultórica que permite el movimiento de las extremidades y de los ojos en las figuras.

DEL REGLAMENTO DEL GENERO


Equidad de Género 








LA REVOLUCION DEMOGRAFICA

La revolución demográfica

Familia Bellelli


Hasta 1800 las cifras de la población del mundo que manejan los historiadores de la demografía son inciertas y especulativas. A partir de comienzos del siglo XIX podemos disponer ya de cifras más rigurosas, pues el primer censo verosímil apareció en Inglaterra en 1801, y desde entonces otros países formalizaron recuentos de población sobre unas bases más fiables que las existentes hasta entonces. No obstante, hay que seguir manejando con mucha prudencia las cifras de población mundial, ya que carecemos de fuentes demográficas para una buena parte de los países que se hallan fuera de la órbita del mundo occidental. Incluso, algunos de los países europeos presentan lagunas en sus datos que sólo la aplicación de sofisticados cálculos puede solventar sin el peligro de caer en errores de bulto.No obstante estas dificultades que todavía siguen presentando los estudios poblacionales en una época protoestadística, nos atrevemos a hacer algunas consideraciones de orden general para el primer tercio del siglo XIX. Parece que los especialistas están de acuerdo en admitir que la revolución demográfica es uno de los aspectos fundamentales de larevolución económica que el mundo entero conoció en este periodo. Y eso fue especialmente notable en el continente europeo. Durante todos los siglos anteriores la población de Europa había ido aumentando lentamente hasta alcanzar los 180.000.000 de habitantes. Desde entonces comenzó a crecer de una forma vertiginosa, de tal manera que a mediados de la centuria decimonónica había ya 266.000.000 de europeos. Aunque en África y Oceanía, las cifras de las que disponemos nos indican una estabilidad de sus poblaciones respectivas entre 1800 y 1850 -100.000.000 para África y 2.000.000 para Oceanía- en el continente asiático se experimentó un crecimiento demográfico considerable, al pasar de una población de 602.000.000 de habitantes a una de 749.000.000. Pero, sin duda, el continente que experimentó una mayor tasa de crecimiento entre estas dos fechas fue el continente americano, donde se pasó de los 24.600.000 a los 59.000.000.En total, y resumiendo las cifras que nos proporcionan especialistas en demografía histórica, como Carr Saunders, Ploetz, o los historiadores de la escuela de Berkeley, podemos decir que el mundo pasó de 908 millones de habitantes a 1.176.000.000.Para explicar este crecimiento demográfico se han sugerido varias razones, aunque resulta difícil determinar qué proporción le corresponde a cada una de ellas en el fenómeno. Lo primero que parece claro es que dicho crecimiento se debió más a la disminución de la tasa de mortandad que al incremento de la tasa de natalidad. Las poblaciones aumentaron, no tanto por el hecho de que naciesen más niños, sino porque sobrevivían en mayor número y porque permanecían vivos un mayor número de años. Entre las causas probables de una disminución de la mortandad, especialmente en Europa, hay que contar la del aumento de las condiciones de seguridad y de orden público establecidas en muchos países desde comienzos del siglo XVIII, con la consiguiente disminución del bandidaje, de la violencia e incluso los enfrentamientos religiosos. Pero una razón de peso que explica este descenso es la del avance de las ciencias médicas y de la higiene que se produjo en el Setecientos. El desarrollo de la medicina contribuyó a liberar a los países occidentales de las terribles epidemias, como la peste, que habían azotado sistemáticamente a su población durante siglos. De esa forma, enfermedades y males que habían afectado no solamente a los seres humanos, sino a los ganados y a las cosechas, comenzaron a ser dominados y con ello se remediaron problemas de abastecimiento a las poblaciones y se solucionaron en buena parte las crisis de subsistencias y la carencia de alimentos de primera necesidad. Por otra parte, la mejora de los transportes, primero a través de los caminos y los canales, y más tarde con la aparición del ferrocarril con todas sus ventajas de rapidez y de capacidad de carga, hizo posible la disminución de las hambrunas y de las carestías en lugares localizados.A partir de 1800 tuvo lugar una auténtica revolución agrícola en Europa que produjo un notable incremento de la producción. Eso hizo posible alimentar el creciente número de personas que poblaba el continente. En los Estados Unidos, aunque el crecimiento fue aún mayor, no existían problemas de alimentación, pues siempre había tierras abundantes en el Oeste capaces de producir más de lo necesario. Sin embargo, en Europa, donde las mejores tierras estaban ya siendo cultivadas, sólo existían dos medios para adaptar la producción a la creciente demanda de alimentos: o bien mediante la intensificación de los cultivos, o mediante la importación de productos desde el exterior. Ambos métodos se utilizaron. Mediante el cultivo de raíces en invierno, como el nabo y la remolacha, y de alfalfa y otros pastos, el viejo método de tres hojas mediante el que un tercio de la tierra se dejaba sin cultivar cada año, dio paso al sistema de rotación de cuatro hojas. Así se utilizaba la tierra todo el año y se obtenía alimentación para el ganado durante todo el invierno. A su vez, el aumento de la ganadería facilitaba mayor cantidad de carne y de leche para la alimentación humana y al mismo tiempo ofrecía mayores facilidades para el trabajo de la tierra. Por otra parte, la utilización de medios de transporte más baratos y más rápidos, hizo posible que los grandes productores de granos, como los Estados Unidos, Canadá y más tarde Australia, pudiesen actuar como depósitos de reserva para el siempre deficitario continente europeo.Naturalmente, el crecimiento de la población variaba mucho de un país a otro y de uno a otro continente. Gran Bretaña tenía una población de 18.500.000 habitantes en 1811, y dobló esta cifra a lo largo del siglo. Francia, al contrario que la mayor parte de los países del continente europeo, experimentó en el primer tercio del siglo XIX un crecimiento muy lento. En efecto, en 1800, Francia tenía cerca de 28.000.000 de habitantes, es decir, casi 7.000.000 más que Alemania en su conjunto. A mediados del siglo, la superioridad de su población sobre la de Alemania era solamente de 700.000 habitantes. Se podrían dar muchas explicaciones al fenómeno, pero además de las guerras y de las campañas de principios de siglo, hay que tener en cuenta el descenso de la tasa de natalidad, que si en 1816 era del 33 por 1.000, en 1831 cayó al 30 por 1.000. También Italia y España crecieron menos rápidamente desde el punto de vista demográfico en los treinta primeros años del siglo, habiéndose señalado para el caso español como causas fundamentales las de las guerras con la Francia napoleónica y la crisis provocada por la independencia de sus colonias en AméricaRusia dobló su población en la primera mitad del siglo, gracias a una tasa de natalidad importante, aunque también hay que señalar que conoció una mortalidad bastante fuerte durante esta época. Pero su crecimiento se debió sobre todo a la expansión que experimentó hacia el Este. Se ha señalado que la lentitud de Rusia en adoptar un sistema de agricultura más intensiva fue debido en gran parte a las posibilidades de colonización que ofrecían las tierras asiáticas de los bosques y de las estepas. Esta expansión sirvió para reforzar el poder de los zares y aumentar sus dominios, aunque se vieran obligados a defender unas difíciles y lejanas fronteras.Esta evolución demográfica de Europa tuvo unas importantes consecuencias. El considerable aumento de su población contribuyó a desestabilizar el orden político y social. Se buscaron continuamente nuevas formas y sistemas capaces de satisfacer las necesidades de unos nuevos tiempos para los que las viejas instituciones políticas y la antigua organización social ya no servían. En el orden económico, la necesidad de crear y distribuir nuevas riquezas dio lugar a la aparición de un constante espíritu de innovación y de inversiones en la explotación de nuevas formas de producción que desembocaron en la llamada "revolución industrial". Con todo, el crecimiento económico no fue paralelo al crecimiento demográfico y ello dio lugar también a la aparición del fenómeno de la emigración de la población excedente.En Iberoamérica, a pesar del aumento demográfico durante este periodo, la inmensidad del territorio hacía que la densidad de población fuese muy escasa. En la Argentina, la población llegaba escasamente a los 700.000 habitantes en 1830, mientras que en Brasil, un país en el que la emigración era ya en esta época considerable, existía una población de 5.000.000 de habitantes a mediados de la centuria. Aunque en Argentina apenas existía problema racial, en el resto de los países de la América hispana la población estaba compuesta por indios, mestizos, negros y descendientes de los españoles que habían colonizado aquellos territorios y que recibían el nombre de criollos.En África y en Asia, las cifras de población son mal conocidas en esta época. En el norte de África, Egipto, Libia, Argelia, Túnez y Marruecos no tenían a comienzos de siglo en su conjunto más allá de 10.000.000 de habitantes. En el África central se calcula una escasa población que no pasaba de los 100.000 habitantes, aunque sí se sabe que en esta época su población negra se hallaba en vías de recuperación después de las extraordinarias sangrías que había supuesto la trata de esclavos durante los siglos XVII y XVIII. Por otra parte, en África el régimen demográfico se hallaba perturbado por una escasa natalidad, por una extraordinaria incidencia de las endemias como la malaria o la enfermedad del sueño, y por una mortandad infantil muy elevada. En el sur del continente, la colonia del Cabo, Natal, el Transvaal y Rodesia comenzaban a conocer un cierto crecimiento a causa de la emigración de europeos, esencialmente de británicos y, a partir de mediados del siglo, de indios. De todas formas, todos ellos seguían formando una minoría de 500.000 personas, frente a los 2.000.000 de negros, fundamentalmente bantús.En lo que respecta al continente asiático, salvo en el caso del Japón, las estimaciones de cifras poblacionales son poco seguras. La China parece que dobló su población entre mediados del siglo XVIII y mediados del XIX. La prosperidad que alcanzó el país durante la dinastía Manchú favoreció la expansión demográfica y aunque se dictaron medidas prohibiendo la expatriación, la presión demográfica se hizo tan fuerte alrededor de 1800, que esas medidas dejaron de cumplirse. Los chinos se extendieron por todos los territorios del sudeste de Asia, donde crearon verdaderas colonias, pasando a partir de mediados de siglo a otros territorios de Oceanía y América.Frente al rápido crecimiento de la población china, el Japón conoció un estancamiento demográfico entre 1750 y 1850, pasando sólo de 26 a 27.000.000 de habitantes. Habría que esperar a la entrada del Japón en la era moderna con la dinastía Meiji para presenciar un crecimiento rápido de su población.En la India, la situación demográfica evolucionó de una manera parecida a como lo hizo en China durante el mismo periodo de tiempo. La tasa de natalidad en aquel país era extraordinariamente elevada, sobrepasando el 50 por 1.000 hasta más allá de los años centrales del siglo XIX. Sin embargo, la mortandad también era muy elevada y podía alcanzar una tasa del 60 por 1.000 en épocas de crisis económica. El régimen de lluvias era lo que establecía la posibilidad de una buena o una mala cosecha, pero incluso en el caso de buena cosecha, una parte importante de la población pasaba hambre. De otra parte, las epidemias resultaban catastróficas también en el plano demográfico y las víctimas alcanzaban a veces el número de los 10.000.000. Se calcula que a comienzos del siglo XIX había en la India alrededor de 150.000.000 de habitantes y que a mediados de la centuria esta cifra se había elevado hasta los 175.000.000.En las Indias neerlandesas, y especialmente en la isla de Java, se experimentó un crecimiento poblacional considerable, de tal manera que su población pasó de 4.500.000 en 1816 a 12.000.000 a mediados de siglo. En cuanto a Siam y a Indochina las estimaciones que poseemos para esta época son poco fiables y hasta la introducción de una administración de tipo europeo hacia 1870, no habrá cifras seguras.En Australia, hasta 1821 sólo podían contarse los 150.000 prisioneros que fueron allí deportados, pero a partir de esa fecha en que se autorizó la emigración libre, se asentaron en aquellas tierras muchos ingleses y alemanes. En 1841 en Australia había sólo 220.000 habitantes y desde entonces la emigración aumentó de forma considerable. En Nueva Zelanda, donde la población autóctona maori se calculaba a principios de siglo en 250.000, los europeos no pasaban de 2.000. Pero mientras éstos fueron creciendo en número a partir de entonces, los maoris disminuyeron sensiblemente a causa de las epidemias y de las guerras que mantuvieron con los blancos.


DIONISIOS Y SUS PIELES

Dionisios y sus Pieles



Es el dios del teatro, las fiestas, el vino y los excesos, representa las emociones, el caos y el desorden.
Dioniso enseñó a los hombres a cultivar la vid y a fabricar vino.
Según su culto moría cada invierno y resucitaba en primavera y con él renacían también los frutos de la tierra. Para celebrar esta resurrección se organizaban grandes fiestas durante las cuales se celebraban muchos y variados actos que con el tiempo incluyeron en Atenas una competición de obras dramáticas que dio origen al teatro.
Se le representa como un joven alegre y festivo, semidesnudo, vestido con piel de cabra o pantera, coronado de hiedra y vid, con una copa de vino, racimos de uvas, pámpanos y hiedra. 





DRAG QUEEN

Drag queen o drag-queen es un término que describe a un hombre o una mujer que se viste y actúa como lo que se conoce como estereotipos de una mujer de rasgos exagerados, con una intención primordialmente histriónica que se burla de las nociones tradicionales de la identidad de género y los roles de género.


Es una forma de personificación femenina y transformismo en el que una persona altera su apariencia y los patrones de su personalidad para ajustarlos al comportamiento y apariencia de una mujer de caricatura, frecuentemente exagerando las cualidades estéticas asociadas popularmente a la feminidad mediante la utilización de vestuario flamboyant, peinados exuberantes y maquillaje, originado de una intención primordialmente cómica o satírica. Al igual que en el transvestismo, puede estar presente una expresión de género transexual que se manifiesta en el cross-dressing. Las drag queens son popularmente relacionadas con hombres de orientación sexual homosexual, aunque cualquier tipo de orientación sexual puede estar presente en un hombre que desempeñe el drag. Drag Queen es aquella persona tanto hombre como mujer que no busca imitar a una mujer u hombre; ellos llevan el drag queen pero sin tener un sexo en ese personaje. Drag Queen puede ser homosexual, bisexual o heterosexual; siempre teniendo en cuenta que están creando un personaje para la sociedad.

UNIVERSALISMO, RACISMO, SEXISMO





Universalismo


universalismoEl tema de la verdad ha inquietado al ser humano desde hace miles de años. Y continúa haciéndolo. De alguna manera, todos buscamos la verdad, aunque sea parcialmente.
La ciencia, la religión y la filosofía han reflexionado sobre este concepto. Lo que es evidente es que hay muchas ideas o creencias que pretenden alcanzarla. Ante esta diversidad de criterios, surge una propuesta: que hay una única verdad. Esta es la idea principal del universalismo.
Si bien el universalismo no ha tenido un éxito definitivo porque no hay consenso sobre una certeza universal, sí ha tenido algún parcial. Ha inspirado la creación de algunos organismos internacionales. Este tipo de propuestas se fundamentan en el espíritu del universalismo. Tampoco hay que olvidar que el universalismo moral tiene un significado útil como reflexión, pues mantiene la idea de que al decir que es justo, se pretende afirmar que es justo para cualquier persona. Este criterio se podría expresar con una idea bastante conocida: no hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti. Un claro ejemplo de lo que es el universalismo.

Racismo

Se entiende como racismo la defensa del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros, así como designa la doctrina antropológica o la ideología política basada en este sentimiento.
Otorgar o retener derechos o privilegios basándose en la raza o rehusar asociarse con personas por su raza se conoce como discriminación racial.
Las actitudes, valores y sistemas racistas establecen, abierta o veladamente, un orden jerárquico entre los grupos étnicos o raciales, utilizado para justificar los privilegios o ventajas de las que goza el grupo dominante.

Sexismo

Sexismo, discriminación sexual o discriminación de género, es el prejuicio o discriminación basada en el sexo o género, también se refiere a las condiciones o actitudes que promueven estereotipos de roles sociales establecidos en diferencias sexuales.

La discriminación sexual no es solo un concepto dependiente de actitudes individuales, sino que se encuentra incorporado en numerosas instituciones de la sociedad. A menudo el sexismo es asociado con argumentos sobre la supremacía de género.

GLOBALIZACION E IDENTIDAD

Globalización: oportunidades y riesgos


La globalización es un proceso histórico de múltiples facetas, políticas, económicas, culturales y medioambientales, que ofrece grandes oportunidades para avanzar en el desarrollo mundial. El comercio, los flujos financieros y la modernización de las comunicaciones electrónicas han permitido una creciente integración de las economías de todo el mundo.

Las oportunidades que ofrece la globalización tienen, sin embargo, como contrapartida el riesgo de la volatilidad de los flujos de capital y el riesgo de deterioro de la situación social, económica y ambiental. Según el FMI, para que todos los países se beneficien de la globalización, la comunidad internacional debería esforzarse por ayudar a los países más pobres a integrarse en la economía mundial, respaldando reformas que fortalezcan las economías y el sistema financiero mundial para lograr un crecimiento más rápido y garantizar la reducción de la pobreza.



Globalización e identidad

Con los procesos actuales de globalización se ha hecho visible el declive del Estado-nación como entidad que cuestiona estas nuevas dinámicas, y surgen otros actores más flexibles capaces de aglutinar las demandas y necesidades más próximas a la población, reafirmando las distintas identidades culturalmente contraídas.